El título de este artículo es básicamente el tema que abordé en mi tesis de maestría en diseño estratégico. Mi interés era entender qué habilidades (competencias) son necesarias para actuar con un buen nivel de desempeño en diseño digital, normalmente integrando equipos multidisciplinarios, pues no conozco a ningún profesional que logre desarrollar algo completamente solo, o si existe, probablemente esté en peligro de extinción.

Cada vez más, para enfrentar los desafíos de una sociedad compleja y digital, necesitamos aliarnos con diferentes áreas del conocimiento para intentar atender y resolver problemas del día a día de las personas. Trayendo esa visión al microcosmos del desarrollo de software/hardware, el desafío crece en dificultad al presentar un nuevo mundo en efervescente transformación y evolución, donde los conceptos del mundo real necesitan ser revisados y adaptados.

Pero es un error pensar que basta con ser un nerd adicto al estudio y conocer teorías y aspectos técnicos de la profesión de diseñador para que el éxito esté garantizado. El conocimiento técnico es apenas uno de los pilares de habilidades que un profesional necesita desarrollar y mantener actualizado para ser capaz de ofrecer soluciones de buen rendimiento.

Las herramientas evolucionan y se lanzan nuevas cada día, los instrumentos, técnicas, procesos y métodos del diseño digital están bajo la influencia de esta fuerte transición tecnológica en la que vivimos. En esta área no hay espacio para acomodarse con el conocimiento adquirido; lo que se necesita es tener sed de aprender, lo que considero una de las principales habilidades o competencias de un diseñador. Poseer esta sed de aprender es una competencia esencial de quien trabaja con tecnología y diseño; es necesario hacer de esta búsqueda incesante por conocimiento un hobby, como si cada conocimiento nuevo adquirido fuera como un ítem de una colección.

Considero la sed de aprender una habilidad maestra que implica la movilización de otras competencias como: persistencia, formas de recolectar y organizar información (investigación), interés por pasar por procesos más de una vez para fijar conocimientos y enriquecer su fuente de referencias y casos, interés en participar de eventos y compartir conocimientos en los más diversos canales de medios disponibles y una voluntad instintiva de experimentar y explorar, pero también de probar y definir.

Entonces digamos que acompañar la evolución de los métodos, técnicas y herramientas del diseño es lo mínimo que se debería hacer para construir una carrera en diseño digital.

Pero como decía, el aspecto técnico de una profesión es solo una parte pequeña del conocimiento y habilidades necesarias para el buen desempeño. Un diseñador siempre ha tenido, y cada vez más tendrá, al ser humano como usuario de sus creaciones. El diseño centrado en el usuario en el entorno digital es la base referencial, y para atender a ese usuario específico el diseñador necesita recordar que también forma parte de la misma especie (humanos).

Además, necesita comprender que las necesidades de una sociedad compleja y conectada en redes (Morin y Castells) exigen que diferentes áreas del conocimiento se conecten para construir/concebir algo mayor y, al conectarse, surgen los equipos multidisciplinarios: espacios de práctica y trabajo que exigen, además del conocimiento técnico, competencias relacionales y comportamentales.

Comportamentales, pues muchas competencias para ser desempeñadas necesitan una actitud personal, característica de comportamiento que solo depende del individuo, como la curiosidad, por ejemplo.

Relacionales, pues sí, estamos en una sociedad en red que se abre a la posibilidad de trabajo interconectado y, para aumentar nuestra conectividad y efectividad como profesionales, necesitamos mejorar mucho nuestra capacidad de interpretación, comunicación y expresión, y eso implica competencias en relación con otros, que faciliten las relaciones y minimicen posibles roces.

Estudios de diferentes áreas del conocimiento (psicología, sociología, comunicación) apuntan a la habilidad de relacionarse como competencia esencial para el éxito profesional y personal en estos nuevos tiempos que vivimos y eso implica, una vez más, conocerse a sí mismo, conocer a las personas y estudiar comportamientos.

En diseño se habla mucho de conceptos como empatía, investigación con usuarios, etnografía, colocar al usuario en el proceso de creación de la solución como eslabón clave. Para ello, el diseñador necesita saber escuchar no solamente al usuario, sino también a sus colegas de equipo, ser amable, generar confianza, demostrar empatía e identificación con el usuario y el problema, ser buen observador, ser humilde e inclusivo.

Todas estas habilidades aquí citadas no son exclusivas para actuar como diseñador, sino para actuar con éxito en cualquier actividad urbana moderna en nuestra sociedad actual, ya que, cada vez más, estamos insertos en equipos multidisciplinarios presenciales y/o distribuidos (remotos).

En un estudio rápido que realicé en mi base de más de 29 mil conexiones en redes sociales y utilizando un cuestionario en redes sociales, pregunté a mis colegas qué competencias consideraban necesarias para actuar como diseñador. El resultado y la participación del público en la encuesta fue muy interesante y, con más de 300 respuestas, seleccioné las 42 competencias más citadas. El resultado está a continuación.

Competencias que un buen diseñador debería tener, citadas y argumentadas por los diseñadores en la encuesta:

1. Curiosidade, 2. Coragem, 3. Humildade, 4. Vontade de aprender sempre, 5. Confiança em si mesmo, 6. Resiliência, 7. Paciência, 8. Adaptabilidade, 9. Capacidade de argumentação, 10. Velocidade, 11. Ousadia, 12. Bom senso, 13. Empatia, 14. Bom gosto, 15. Sociabilidade, 16. Senso estético, 17. Consciência, 18. Objetividade, 19. Criatividade, 20. Persistência, 21. Ética, 22. Simplicidade, 23. Storytelling, 24. Tomada de decisão, 25. Mente aberta (despreconceito), 26. Empreendedorismo, 27. Saber Ouvir, 28. Senso Crítico, 29. Faro Investigativo, 30. Facilitação, 31. Colaboratividade, 32. Comunicação, 33. Adequação Metodológica, 34. Organização, 35. Visão macro, 36. Detalhismo, 37. Foco, 38. Visão de negócios, 39. Inclusivo, 40. Desapego, 41. Autodidatismo, 42. Didática.

De esas cuarenta y dos competencias citadas, si usamos como base las categorías: competencia técnica, competencia comportamental y competencia relacional, la tabla debería quedar así:

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Eso significa, aproximadamente, que para los encuestados en la investigación, de las 42 competencias citadas:

• 66,5 % citaron competencias consideradas comportamentales
• 24 % citaron competencias relacionales
• 9,5 % citaron competencias técnicas

Este resultado apunta a algunos indicios de cómo los diseñadores brasileños perciben las competencias necesarias para el desempeño de su función y que, cada vez más, las competencias comportamentales y relacionales están siendo percibidas como importantes y privilegiadas en relación con las competencias técnicas.

Se entiende que una competencia comportamental o relacional deficiente puede comprometer todo un conjunto de competencias técnicas.

Claro que se trata de un resultado limitado a nivel metodológico y que no se recomienda usar como generalización, pero sin duda apunta a una idea de cómo los diseñadores perciben estas cuestiones en el momento actual en que el diseño digital, UX (User Experience) y UI (User Interface) reciben una inmensa valorización en el mercado de tecnología y negocios.

Este artículo tendrá una parte 2 sobre la otra pregunta de la investigación: qué no ser para actuar como diseñador en equipos multidisciplinarios.

Ubiratan Silva, M. Sc.

Líder de Diseño Digital / Doctorando en Diseño en UFRGS / Magíster en Diseño / Profesor / Consultor / Liderazgo en Diseño / Diseñador